martes, 12 de febrero de 2008

Birmingham Small Arms Company





Mi padre, los veranos, me llevaba a la oficina donde trabajaba y me sentaba en una de aquellas enormes mesas. Ponía ante mí un par de legajos de cartas de pago (de unos 6 centímetros de lomo cada uno); al lado, un fajo enorme de facturas de todos los colores y tamaño. Una grapadora. Un boli. Y toda la mañana ante ti, factura-carta de pago-grapa-apunte, una y otra vez. Puede parecer aburrido, pero multitud de interrupciones salpicaban las horas: hay que llevar estos papeles a Secretaría, a ver si te puedes acercar al banco, un ratillo de periódico.

Cada vez que tocaba salir (y, por supuesto a la entrada y a la salida) al doblar la esquina, en la acera de enfrente, me detenía ante el escaparate de una tienda de motos y me ponía a mirar bellezones como el de la foto. O eso creo. Las fechas me cuadran y yo debía tener 13 ó 14 años cuando estos modelos llegaron a mi ciudad. Relucientes. Enormes, con cilindros como perolas. Motos de hombre, sueños de adolescente. Guardaba los pocos catalogos que había, a veces paginas sueltas con la fotografía y las especificaciones, en una carpeta azul de gomillas, junto a las Montesas, Bultaco (ay la Junior 125) y alguna que otra señorita en actitud basicamente en bolas.

Nunca logré subir en ninguna de aquellas motos. No conocía a nadie que tuviera una y yo nunca había llevado una moto. Y en unos pocos años, desaparecido el concesionario, nunca mas volví a ver una BSA por las calles (¿dónde estarán guardadas?). A lomos de mi hierro de trescientos kilos estas motos parecen Vespas 125 pero siempre me quedará una espina por desclavar: tomar unas curvitas con una GoldStar 500 una mañana de primavera.

Más fotos de BSA

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo tuve una BSA. Una Lightning 650 del año 1972. La compré a un colega por 100.000 pesetas, estaba muy currada y entre otro amigo y yo hicimos el motor desde abajo, asíentos de cigüeñal, casquillos de biela, rectificado de cilindros y pistones de + 1, pintura... Quedó preciosa, es la moto mas carismatica de las que he tenido y al final cuando compré una Harley y como no podia mantener las 2 la vendí aun coleccionista, al menos sé que quedó en buenas manos y está cuidada.